martes, octubre 31, 2006

Superficialidades

Conocí una vez a un muchachito que era tan canchero que enseguida me gustó. Era dee jay, y usaba el pelo decolorado, paradito con algún producto, muy producido, algo así como un metrosexual. Habíamos hablado un par de veces y no me tiraba mucha onda, parecía muy metido en sus cosas y vieron cómo es cuando alguien está por un camino paralelo y sin posibilidades de cruce.
Una vez llegué a la disco en la que él ponía música después de una fiesta suicida y con una borrachera que no veía más allá de un metro. Era de día y veníamos de caravana con un par de amigas y un amigo, no sé cómo llegamos en ese auto sanos. La fiesta estaba terminando, estábamos en el patio del boliche y cuando lo vi (casi a 50 centímetros) me tomó de la mano y me dijo “¿cómo estás hermosa?”
Me enamoré.
Y él de mí.
A la semana lo había invitado a cenar a mi casa. Yo había cocinado con curry una comida hindú, y le dije que descorchara el vino y lo sirva mientras tanto. Manipulaba yo con poca cancha la fuente del horno para sacar las batatas cuando miré hacia atrás:
Estaba terminando de servir el vino, en unos vasos enormes que yo tenía, ¡hasta el borde! ¡como si fuera cerveza!
No pude evitar comentárselo. Pero era tarde. Se me había caído un ídolo y nunca más pude levantarlo.

jueves, octubre 26, 2006

Los extraterrestres

Un amigo salteño estudiaba la misma carrera que yo. También, igual que yo, era ayudante de Gráfica I e integraba el Grupo de Investigación. Además, estaba cursando materias de la carrera de Economía, hacía boxeo, remo y estudiaba francés. Omito decir que con el inglés se manejaba a la perfección. Por supuesto que además tenía novia, que iba a todas las fiestas y se emborrachaba como el que más, o mejor dicho, era el que más. Se lució haciendo vueltas de carnero en un recital de Árbol, al punto de que los dos cantantes bajaron del escenario a hacerlos también. Como le gustaba sacar fotos -y paseó a dedo y con mochila por toda latinoamérica-, en sus viajes recopilaba hermosas imágenes que la revista National Geographic a veces le publicaba.

Mi madrina tiene como nueve ahijados –yo sería la sexta, más o menos. Para los cumpleaños de cada uno y para el día del ahijado hace regalos preciosos y personales. Es presidenta de una mutual, conoce por nombre a casi todos los afiliados, que están desparramados por toda la provincia. Hace tenis y va al gimnasio. Tiene ocho cuñados y dos hermanas –todos casados-, infinidad de sobrinos y muchísimos amigos. Va a los cumpleaños de todos y los llama para preguntarles si se amigaron con sus novios/as, se curaron del resfrío o simplemente cómo están. Además tiene dos hijos y tres nietos. Los lleva al pelotero y los cuida cada vez que puede. ¡Y puede!

Walter había sido un buen jugador de básquet, pero un tumor en la cadera lo dejó rengo a los 17 años. Se dispuso a devorar libros por primera vez en su vida, y se inclinó por las humanidades. Empezó la carrera y la militancia al mismo tiempo, en 1983, logrando desalojar -junto con cuatro o cinco compañeros- en un par de años a los rezagos carcamanes de la dictadura en la facultad. La agrupación que fundaron estuvo doce años seguidos en la conducción del Centro de Estudiantes, la única estable que no era Franja Morada. A los 30 era secretario académico, adjunto de cátedra y profesor exigente e ingenioso. Había escrito varios libros y dirigía ocho proyectos de tesis con claridad y responsabilidad. A los 35 era vicedecano. Era gracioso, innovador y metódico.
Falleció en un accidente de auto pocos meses después, cuando ya su mente sagaz estaba ideando cómo acceder a la presidencia de la Universidad. Fue una pérdida invaluable para los habitantes de la galaxia.

miércoles, octubre 25, 2006

y acá estoy, al final, con mi mamá...

martes, octubre 24, 2006

Máximas de sms

Las palabras "independientemente" y "polideportivo" ocupan más de una línea en la pantalla de los celulares. Por lo tanto, se aconseja buscar sinónimos.

lunes, octubre 23, 2006

El regalo despreciado de Loli


Me lo regaló la otra Loli. Lo puse de fondo de pantalla en todas las computadoras de la redacción. Al otro día, cuando llegué, todos lo habían cambiado.

La grosería está de moda

Con esto de que que el capitalismo es un crimen de lesa humanidad, ser libre pasó a ser sinónimo de "ser"de alguno de los 3459 partidos o agrupaciones autodenominadas de izquierda que hay; también es sinónimo de estudiar en alguna "escuela de formación estético-expresiva" y de consumir diseño, arte y música, todas cosas muy cool y generalmente caras.

En este país los supuestos comunistas quieren el derroche estatal y los supuestos liberales quieren (sus) economías protegidas. No existe el mérito ni tampoco búsqueda de la excelencia, que son concebidos como discriminaciones injustas y dictadas por el FMI.

Pero todo eso no lo voy a analizar ahora, tendría que estar un siglo escribiendo. Los que no tolero son a aquellos para los que ser libre pasó a ser sinónimo de ser grosero, mugriento, improvisado. Tomar vino caro del pico, escribir en formato telegrama, imitar el modo de hablar de la cumbia villera, no tener nunca cigarrillos (¡pero pedir a lo loco!), usar ropa sucia, no contestar el saludo, prepear a la gente, ser cínico con los desconocidos o, ¡peor! con los conocidos. Eso antes era patrimonio de gente que no había tenido oportunidades en la vida, algo que escapaba de su voluntad. Ahora para muchos es una elección de vida.

En esta categoría no entran todas las características mencionadas por separado. O a lo sumo de a dos o tres. Lo que no soporto es cuando se dan todas juntas en una misma persona. O en un grupo de personas que se autolegitiman entre ellos. Ojo! esto no es prejuicio. Es un juicio de valor!

También me sulfuran los hiper perfectos. Otro día lo abordaré. Este día en particular estoy atacada con los otros.

De la historia de Loli y su amiga Loli

Oh Loli Ñopo, cuánto tiempo te quedaste chateando en esa casita con tus amigos hechos de ceros y unos?

La analfabeta digital

Yo tenía un blog... tengo. Pero no lo puedo conectar con este. Sin embargo, siempre está la posibilidad de bautizar otro. Es como las casillas de e-mail cuando te olvidás la contraseña, y el nombre de usuario, y la pregunta secreta, y te cerraron la casilla alternativa. Se hace otra y listo!
Seremos millones de blogs desparramados por ahí... yirando en el éter, algunos abandonados, lloriqueando por una nueva entrada.
Pronto sabrán de ellos, si puedo. O si no me lo cerraron. O si no me olvido de algo.