"La heteronormatividad demuestra ser una política opresiva que, como garantía de su eficacia, nunca es formulada explícitamente, presentándose como ‘natural’ y también como universal y normal”.
"También se marca que las prácticas sexuales ideales y correctas sean las heterosexuales, coitocéntricas y monógamas. Todo esto va a influir en la forma en que experimentamos nuestro cuerpo, y en que entendamos nuestras identidades como esenciales y excluyentes”.
Loli Ñopo escribe:
-Creo firmemente que lo que nos distingue de los animales es nuestra capacidad de autonomía. Somos culturales y no puramente instintivos. Por eso;
-No creo que la “heteronormatividad” que tanto se empeñan en defenestrar los grupos feministas sea una “política opresiva” con una “garantía de eficacia”. Sospecho que la "hetero" sí es natural e instintiva. Es en virtud de ello que rescato y hasta envidio de los gays y bisexuales que puedan elegir sin mandatos animales o instintivos.
-Nadie le quema los pelos, al menos en esta época, a su hijo/a diciéndole: “Te tienen que gustar los que tienen pitito”, o a la inversa. Es como concluir que todos los "hetero" al final son unos reprimidos con la cabeza lavada por la política secular.
-Respecto de si las “prácticas sexuales ideales y correctas son las coitocéntricas, heterosexuales y monógamas”, considero que el hecho de mencionar la primera ("coitocentrismo") evidencia el grado de represión de alguna persona que estuvo con quien escribió eso, no un mandato cultural, político y opresivo del neoliberalismo (es lo que llega desde la calle, en este instante, por altoparlantes).
-En cuanto a la elección de pareja homosexual o heterosexual, es algo que pertenece a la vida privada de cada uno y me parece que cada quien puede hacer lo que sienta.
-En cuanto al mote de “monógamo”, detesto la promiscuidad y soy un ser que defiende a ultranza la monogamia, al menos mientras se ama a alguien y se es amado por esa persona. No encontré una sola persona que disfrute de la libertad sexual de su pareja, y aclaro que de la propia todos disfrutan, al menos mientras el otro no se entera.
En fin: no agreguemos rollos donde no hay: el que es gay puede serlo, las lesbianas tienen todo el derecho de hacer de su traste una bicicleta, pero advierto que la contemplación de franela ajena, así sea heteronormativa represora, o la homosexual, no coitocéntrica y poligámica sólo la tolero en un boliche, y borracha. Fuera de ese ámbito me parece una vulgaridad.