miércoles, marzo 07, 2007

La confesión impiadosa

Cuando un cantante popular y con “prestigio” como Joaquín Sabina dice algo en sus versos, mucha gente lo toma como si fuera una especie de Biblia o de fundamentación irrefutable, y hasta es capaz de citarlo: “Si lo dice Sabina en tal canción”.
Por eso siempre me enrosqué en discusiones estériles con fanáticos sin criterio que defendían a aquel que no quería que le elijan el champú sino que mueran por él, o peor todavía, aquel que le explica muy tranquilo a su novia, chica o esposa que la rutina mata al amor como si fuera una clase magistral de psicología aplicada a su propia pareja.
La mentira piadosa-amorosa no es como negar que fue a vos a quien se le cayó el bebé adentro de la piscina. No me parece que uno sea “honesto” por decirle a su novio/a “lo que pasa es que el amor se muere, es así, la rutina hace que las caricias tuyas ya ni las sienta, aunque no me pasaría lo mismo si cambiara de compañero de cama”. Es bestial. Nadie te lo preguntó, respondería yo.
Porque convengamos en que si el tipo fue a cenar con ella, la de la canción, (creo que estaban en un bar, o al menos por el tono de la canción eso me parece) para decirle todo eso, es porque más que cortar la relación o explicarle las cosas de la vida lo que quería era tirarle una araña en la cara y mirar cómo reaccionaba. Ella no prefería una mentira piadosa, prefería que le digas que no la querés más y listo ANTES de pedir una cerveza, ni hablar de pedir la quinta como hiciste, pedazo de alimaña sin corazón.
Pero sí hubiera ella preferido que le mientas en el caso de que, después de que le decías “hasta aquí hemos llegado” te hubiera preguntado si estabas con alguien. ¿Tanto cuesta decir “no, no estoy con nadie” en vez de contarle de la otra que te está haciendo perder la poca cabeza que tenés? ¿O acaso era su hermana? ¿Cuántas posibilidades había de que se enterara, y en Madrid, donde hay millones de personas?
No me imagino a alguien diciéndole a una amiga que te muestra a su bebé recién nacido que “en algunos chicos ya en la primera infancia se vislumbra que sacaron los rasgos más feos de cada padre” (“la verdad por amarga que sea”) en vez de buscarle lo lindo o lo gracioso y resaltarlo, aunque sea que tiene los pelos parados o que se ríe todo el tiempo.
Lo peor es que estos fanáticos que evangelizan con la palabra de Sabina creen firmemente en los conceptos de su Dios, y en lugar de acordarse de los buenos modales que les enseñó su mamá andan por ahí atormentando niñas que confiaban en ellos con sus confesiones aberrantes pero “verdaderas”.

1 comentario:

Pepe Luis...un buen tipo dijo...

Hola Lariten: en que lindo lio te metiste...jaja. ¿Puedo dejar mi opinión? Como premisa rechazo los fanatismos de cualquier lado que provengan.

Desde ese lugar digo: me emocionan y me conmueven muchas de las canciones de Sabina y eso me basta.

No comparto la onda "reviente" que se genera en torno a su figura.

Me va a encantar este debate. Sabina es de los músicos que despiertan grandes amores y grandes odios.

Veremos que dicen los bloggers.

Un beso

José Luis